domingo, 10 de noviembre de 2013

Galletas fondant efecto marmolado


¡Nuevas galletas decoradas en el blog! Y es que no sé si os lo he dicho, pero de todo lo que he aprendido a hacer en este año y pico (ya casi año y medio) de repostera creativa aficionada, lo que más me gusta son las galletas. Es divertido hacerlas, porque no llevan tanto trabajo como los cupcakes y las tartas, y es más divertido aún comérselas, porque además aguantan mucho tiempo y no hay que tener prisa en acabarlas.


Aunque en este caso no he tenido el "problema" (nótese lo irónico de las comillas) de tener que comérmelas, porque no eran para mí sino para una boda. ¡Sí, sí, para una boda! Es la segunda vez que hago dulces para una boda, después de la súper tarta de boda fondant de tres pisos para mis tíos, y sus galletas a juego. En este caso ha ido más por el lado de lo divertido / colorido que por lo elegante, ya que eran para un Candy Bar (estas mesitas de dulces monas monas que se han puesto tan de moda).


Para la receta y preparación de las galletas, remitiré al post de El Rincón de Bea, es la receta que utilizo últimamente porque da muy buenos resultados ;) sobre el fondant, explicaré el efecto marmolado.


Efecto marmolado en el fondant.

Lo primero es escoger un color. En mi caso, hice la mitad azules y la mitad verdes. Para las 50 galletas verdes utilicé 0,5kg de fondant y colorante verde en pasta.Vamos a ello:

1. Dividimos el fondant en 4 partes iguales.
2. Con ayuda del colorante, hacemos cuatro tonalidades distintas de verde. Una muy clarita, una un poco más oscura, una aún más, y una verde oscura. Tendremos ahora cuatro trozos de 125gr de fondant, uno de cada tono.
3. Ahora, rompemos el fondant en trozos pequeñitos, y "barajamos" (¡no amasamos!) nos quedará ahora 0,5kg de fondan en trocitos pequeños de cuatro tonos diferentes.
4. Cogemos un puñadito de trozos (que estarán bien mezclados, es decir, caerán unos cuantos de cada tono), y amasamos muy brevemente, simplemente para hacer con ellos una bola. Alisamos con un rodillo, cortamos con el cortador de la galleta y lo pegamos a ella con un poquito de agua.
5. Cuando se nos acabe el fondant, cogemos otro puñadito de trozos y repetimos el proceso. El motivo de ir cogiendo puñadito a puñadito es que si lo hiciésemos todo junto, al final amasaríamos demasiado las bolitas y se mezclarían casi completamente todos los tonos, teniendo uno solo y perdiendo el efecto marmolado que buscamos.

Y con ésto terminamos el efecto marmolado. Fácil y vistoso, y además tiene el encanto de que no hay dos galletas iguales. Yo, además, añadí un par de florecillas rojas hechas con estos cortadores, y purpurina comestible (a la que ya confesé mi adicción en anteriores posts).


Y, ¡tachán! Ya tenemos terminadas las galletas. Una caja bonita, un lazo de raso y un corazón de fieltro harán el resto.


  


1 comentario:

  1. riquísimas!!! bueno, me lo imagino, porque no las he probado. La próxima vez... pero son preciosas, de verdad!

    ResponderEliminar

¡Deja tu comentario! También pregunta tus dudas... responderé lo antes posible ;)